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Antes de meternos en materia y de explicar los diferentes métodos de evaluación, se debe hacer una buena lectura del concepto evaluación. El análisis y la calificación del cumplimiento de los objetivos académicos por parte de un profesional de la educación es vital para garantizar que el plan de estudios es efectivo. El fin es evaluar la calidad educativa, medir el rendimiento de los alumnos y motivar a mejorar cuando es necesario.
Como sabes, la primera etapa de la educación en las edades más tempranas, es muy importante para el buen desarrollo futuro de los alumnos y alumnas. La evaluación en la educación infantil nos permitirá saber cómo le está yendo a cada estudiante y proporcionar así las intervenciones apropiadas según el caso. Dar una respuesta especializada y personalizada adaptada a las particularidades de cada estudiante será clave para su éxito académico.
¡MUY IMPORTANTE!: Bajo ningún concepto, la evaluación del proceso de aprendizaje se usará como herramienta de medida de las capacidades del alumno, sino como un elemento más del desarrollo educativo que contribuye de manera constructiva al mismo, ya se aplique a la labor del docente o a la actividad del alumno. Es decir, de nada servirá realizar evaluaciones si el fin único es poner una calificación al ejercicio de los alumnos.
Evaluación diagnóstica o inicial: se realiza antes de empezar con la formación para ver desde dónde parte el alumno y con qué conocimientos cuenta. Es importante porque servirá de base donde asentar los nuevos conceptos. EL objetivo no es calificar al alumno, sino orientar al docente.
Evaluación formativa: evaluación que se realiza dentro del proceso de aprendizaje como una actividad más. Permite medir el rendimiento de los alumnos en tiempo real y pivotar antes de llegar al final. No se puede considerar la evaluación como un proceso rutinario de puntualización de los alumnos, sino como un método para confirmar o refutar que el camino que se está siguiendo es el correcto. Además, así se evitará que los alumnos se estresen pensando en que solo tendrán una oportunidad para aprobar.
Evaluación sumativa: es la que se encarga de medir los resultados de los alumnos tras someterse a una prueba. Aunque sí que traiga consecuencias como las vistas en el epígrafe anterior, el fin es reorientar al alumno para que acabe consiguiendo los objetivos académicos. La evaluación sumativa se mide a largo plazo.
Estos tres tipos de evaluación no son sustitutivos, pero sí complementarios y aportan información muy útil para todo el proceso educativo.
Aunque los tipos de evaluaciones que acabamos de ver son los que ofrecen un enfoque más generalista, a continuación explicamos otros alternativos que cada vez están cogiendo mayor protagonismo en el sistema educativo.
Evaluación holística: tiene en cuenta el conjunto de aspectos que intervienen en el proceso educativo, no solo los factores intelectuales, también habilidades psicomotrices, emocionales o sociales. Lo más interesante es que evitar ver a las personas como almacenes de datos.
Evalucación continua: se usa en la mayoría de países europeos y busca una manera más justa de calificar al alumno. Consiste en ir tomando notas y medidas durante un periodo de tiempo con el fin de ir implementando mejoras sobre la marcha.
Evaluación informal: es muy similar a la evaluación continua pero se centra más en la observación individual diaria del alumno y en cómo este interactúa con el grupo.
Evaluación cualitativa: no solo evalúa lo que se aprendió, también la forma en la que se hizo y las herramientas que se utilizaron. Se mide la eficiencia y si los conocimientos tienen una aplicación útil a la vida real.
Evaluación cuantitativa: solo tiene en cuenta los conocimientos aprendidos.
Teniendo claro que la evaluación en el proceso de aprendizaje es una herramienta esencial para saber a ciencia cierta si el programa educativo está funcionando, cabe destacar algunas de sus funciones colaterales, como por ejemplo: la función de diagnóstico, la de pronosticar, la de orienrtar, la de formar e informar a los docentes, la de estimular y motivar a los alumnos, la de concretar nuevos objetivos y establecer límites, la de recoger datos para futuras estrategias de aprendizaje, la de interpretar puntuaciones, la de realizar juicios y la de agilizar la toma de decisiones.
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